domingo, 7 de abril de 2013

Tarta de limón

Desde hace unos cuantos meses tenía una cena pendiente con unas amigas. Tras unos cuantos intentos fallidos, ayer por fin nos juntamos para cenar. Hemos dicho de preparar una cosa cada uno y... ¿qué es lo que voy a preparar yo? ¡Una tarta!

Cuando pregunté que si querían alguna en concreto, me dijeron que una de chocolate. Así pues, empecé a darle a la cabeza para ver cómo la preparaba y de qué la hacía. Después de darle unas cuantas vueltas, se me ocurrió que podía hacer una tarta fresca ya que estamos en primavera.

El caso es que decidí preparar una tarta de limón cubierta con fondant. Para aquellos que no lo sepáis, el fondant es una pasta de azúcar que en apariencia se parece a la plastilina pero que es comestible. Lo podéis encontrar en tiendas especializadas y lo hay de distintos colores y sabores.

Los ingredientes para el bizcocho son:

  • 4 huevos.
  • 250 gramos de mantequilla a temperatura ambiente.
  • 250 gramos de azúcar.
  • 250 gramos de harina.
  • 1 sobre de levadura.

Empezamos batiendo el azúcar con la mantequilla hasta que la mezcla se blanquea. A continuación añadimos los huevos uno a uno mezclando bien antes de añadir el siguiente. Una vez mezclados, le añadimos la harina junto con la levadura.

Echamos la masa en un molde que previamente habremos engrasado con mantequilla y le habremos espolvoreado harina y lo metemos al horno durante unos 45 minutos a 170ºC con calor arriba y abajo y la bandeja en el medio del horno. Acordaos de precalentar el horno.

Cuando el bizcocho ya esté cocido y desmoldado, lo partimos a la mitad con una lira. Como lo voy a cubrir con fondant y quiero que la parte de arriba esté completamente lisa, le di la vuelta al bizcocho.


Este tipo de bizcochos son algo secos así que conviene bañarlos con algún tipo de almíbar. Lo que hice fue mezclar 100 mililitros de ron con 200 mililitros de agua y 5 cucharadas de azúcar y ponerlo en un cazo al fuego para que se evaporase el alcohol. Después bañé las dos partes del bizcocho con el almíbar. La parte de abajo la bañé mucho más. Tanto que se escurría por abajo je, je, je.

Para rellenarla añadí 100 gramos de lemon curd a una buttercream de philadelphia. Los ingredientes son:

  • 125 gramos de mantequilla a temperatura ambiente.
  • 300 gramos de azúcar glas.
  • 1 cucharada de leche.
  • 125 gramos de queso philadelphia.

Empezamos batiendo la mantequilla junto con el azúcar glas y la leche. Cuando ya esté bien ligado, añadimos el queso philadelphia (tiene que estar frío de la nevera) y lo batimos. Una vez que está todo bien mezclado le añadimos el lemon curd y lo volvemos a batir. El resultado será algo como esto:


Una vez que rellenemos la tarta, le echaremos una capa de relleno por el exterior para que al poner el fondant se pegue bien.


Ahora viene uno de los momentos más delicados de la tarta: trabajar el fondant. Para cubrir la tarta utilicé aproximadamente 750 gramos de fondant. Primero hay que amasarlo bien, echando de vez en cuando un poco de Crisco para hidratarlo (así evitaremos posibles grietas en el fondant). Cuando lo tengamos bien amasado, lo iremos estirando con ayuda de un rodillo. Es preferible que el rodillo no sea de madera porque podría deshidratar el fondant y se nos secaría, con lo que nos aparecerían grietas.

Una vez que lo tenemos estirado, lo colocamos sobre la tarta y lo amoldamos con las manos. Estaba tan preocupado porque no me saliesen grietas que se me olvidó hacer fotos, lo siento.

Para la decoración utilicé fondant teñido de distintos colores y el molde de silicona que veis en la foto.


Utilizando un poco de pegamento comestible (o un poquitito de agua si no queréis comprarlo), lo pegué a la tarta. Esta es la tarta nada más terminarla. ¿Os gusta?


La verdad es que les encantó y les daba pena comerla pero luego...


¿Qué os ha parecido? Espero que os haya gustado.

Gracias por leerme!!!

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