martes, 1 de enero de 2013

Cake pops de chocolate (o uno de los postres de nochevieja 2012)

Un cake pop es una piruleta de bizcocho pinchada en un palo. No tiene más misterio. Hala, a hacer cake pops todo el mundo. ¡Hasta la próxima entrada!

Ja, ja, ja, ja. ¡Que no! ¡Que no os voy a dejar así! ¿Me creéis tan malo? mmmm mejor no me contestéis, que os veo venir.

El plan que tuvimos esta nochevieja fue juntarnos para cenar en casa de mi amiga Laura. En cuanto empezamos a comentar lo de la cena, automáticamente dije que yo me encargaba del postre. Os podéis imaginar la respuesta de la gente ¿no?

La verdad es que llevaba tiempo buscando el momento de hacer una tarta y decorarla como una que había visto hace tiempo en Bakemania y que me encantó. Como quería hacer algo especial para decorarla, acabé haciendo cake pops para ponerlos sobre la tarta.

Puesto que para la tarta iba a poner nada más que tres cake pops, decidí hacer unos cuantos más para que los que fuesen después de las uvas los probaran si querían (al margen de que quisieran probar la tarta, obviamente).

Para hacer los cake pops, se necesita:

  • Cupcakes del sabor que queráis.
  • Tres cucharadas soperas del buttercream que queráis (esta cantidad no es siempre fija).
  • Candy melts del color que queráis.
  • Decoración comestible al gusto (fideos de chocolate, sprinkles, perlas de azúcar...).


Los candy melts son pastillitas de chocolate de diversos colores que se utilizan para bañar los cake pops.

Lo primero que hay que hacer es hornear unos cupcakes del sabor que más nos guste. Yo los hice de chocolate porque sabía que a la gente de la cena les encantaba el chocolate.

Cuando ya están horneados y fríos, los hacemos migas. O bien con las manos, con un tenedor, con un cuchillo... Una vez que los tenemos hechos migas, le echamos el buttercream de poco en poco. Digo de poco en poco porque, a medida que lo echemos, iremos amasando las migas. Sabremos que está listo cuando podamos hacer una bola con la masa y no se nos pegue a las manos.

Cuando esté bien mezclado, iremos haciendo bolas pequeñas.


Estas son las que me salieron a mí de 12 cupcakes.

Una vez hechas las bolas las metemos en la nevera para que estén bien frías. Luego tenemos que pincharlas con el palito. Para ello, fundiremos nuestros candy melts (yo utilicé también chocolate blanco y negro), mojaremos el palito unos 2 centímetros y lo clavaremos en la bola.



Hecho esto, volveremos a meterlos a la nevera para que se enfríen otra vez. Esto se hace para que la unión entre el palo y la bola se seque bien y no se despegue cuando vayamos a bañarlas.

Para bañar las bolas, utilizamos los mismos candy melts que derretimos antes. Bañaremos la bola entera dándole unas vueltas alrededor del palo antes de sacarla para que suelte el exceso de chocolate.


Cuando esté bañada, le añadiremos los sprinkles, confeti de colores... para decorarla. También podemos esperar a que se enfríe y hacerle algún dibujo con chocolate de otro color.

Para que enfríen, pincharlos sobre un trozo de porexpan para que estén en vertical y se sequen sin problemas.



Como os decía al principio, no tienen ningún misterio. Estaban muy ricos pero tenéis que tener cuidado porque empachan bastante.

A la gente les encantaron. Espero que a vosotros también.

Gracias por leerme!!!

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